sábado, 24 de noviembre de 2012

Pónle el dedo en la boca...


Hoy quiero hablar de los divorcios, de las relaciones entre padre-madre divorciados y de la voluntad de los hijos. Empezaré cogiendo el hilo con una noticia del corazón actual que viene de maravilla para contextualizar el fondo de la cuestión: Fran y Eugenia y su lucha en los juzgados por la custodia de su hija.  Como todos sabemos, su historia de amor y su boda fueron "de ensueño", su divorcio fue modélico igual que su relación posterior (respeto, cordialidad, amistad... incluso él continuaba siendo el yerno favorito de la Duquesa). Por favor! Creo que no ha tenido más yernos... La hija de este "modelo a seguir" ha crecido feliz durante estos 10 años en los que sus padres han rehecho sus vidas por separado y durante los cuáles la custodia la ha tenido la madre. Ah! La madre no ha tenido inconveniente en que el padre viera a la niña cuando quiera (faltaría más...), siempre y cuando (ésto se demuestra ahora, la niña continuara "en su poder"). Duro, pero es así. Ya lo veréis.

La niña, pues eso, crece. Crece y decide que quiere ir a vivir con su padre. 

Y aquí es donde empiezan los problemas. Problemas que a mi entender, tienen su origen en otros problemas de índole personal no resueltos, a partir de los cuáles es más cómodo creerse que "se lucha" por el bienestar de un hijo que no aceptar la decisión del mismo. Además, hasta resulta de risa... Se educa a los hijos con el objetivo de enseñarlos a decidir con responsabilidad, de que lleguen a ser seres que sepan lo que quieren, que se conozcan... Pero ante todas las situaciones no. Hay cosas en las que mamá decidirá por ti, porque si a ti te conviene o no vivir con tu papá es decisión mía, no tuya. Pero si quieres pasar una temporadita fuera para estudiar ningún problema, mami te lo paga.


La madre no ve oportuno este cambio, pues cree que puede afectar emocionalmente a la niña por cambiar de ciudad de residencia, de escuela, de compañeros... de entorno, vaya. Emocionalmente? Entorno? Cambio? ... Son curiosos estos puntos cuando la niña (por mútuo acuerdo entre progenitores) ha estudiado el último año fuera del país, es decir, ha cambiado de ciudad de residencia, de escuela, de amigos y de entorno. Así que, para generar conocimiento sí, pero para generar un día a día (diferente hasta el momento) con el padre no. Y yo me pregunto... Cómo puede repercutir negativamente a nivel emocional que una niña vaya a vivir con su padre? O es quizás que a quién va a repercutir negativamente a nivel emocional este cambio va a ser a la madre? 


Aquí es donde quería yo llegar. Una cosa es decir "No tengo inconveniente en que el padre de mi hija la vea cuando quiera" (frase que denota a una madre que respeta, valora e incluso "promueve" el vínculo y relación exmarido-hija, haciéndola sentir una madre ejemplar) y otra cosa muy distinta es actuar de la misma forma cuando la hija quiere ir a vivir con el padre porque aquí ella pierde algo, pierde lo que la hacía sentirse poderosa, sobretodo frente a él. Aunque a mi entender, era su fantasía maquillada. 


Lastimoso es -(aunque la cruda realidad humana) que un hombre y una mujer que se han querido y respetado, una pareja que un día decidieron tener un hijo y darle lo mejor de ellos mismos-, que un juez años después tenga que decidir por el menor y por los padres. Tenga que decidir por un menor que ahora quiere decidir, ya que no decidió ni tomó partido en todo lo pasado que sus padres convenieron de la mejor manera para ella. 

Papás y mamás, los hijos no nos pertenecen. Nuestros hijos no deben ser motivo de lucha ni sobretodo de llenado de vacíos personales. No nos engañemos. Lo mejor para los niños se debe mostrar, no luchar. 
Que cada uno analice un poco (con un poco sirve almenos para empezar) sus actos, su realidad, y sobre todo la realidad de sus actos. En mi opinión, una de las claves es dejar de ver como ex-marido al padre de los hijos. Este simple cambio de mira, este pequeño detalle de objetividad, llevará a pensar única y exclusivamente con el menor, dejando atrás cualquier ápice de reacción propio de una carencia o de una no aceptación por no haber sido siempre la única y perfecta reina de la vida del hombre.

Como sabemos nos podemos repetir el discurso que más se acerque a la verdad que nos queremos creer y que queremos escuchar. Aquí, cada uno que haga lo que quiera, allá él o ella, siempre y cuando las consecuencias no sean para el niño, pues creo que en ese momento el egoísmo es el que reina.  


Mientras tanto... la decisión la tiene el juez. 


Aquella expresión "pónle el dedo en la boca..." al referir-nos a alguien que -de apariencia calmada, buena persona y de fiar-, muestra su verdadero yo que no tiene nada que ver. Cuando le metes el dedo en la boca, te muerde! Cuando le tocas algo suyo, enfurece! Y lo mismo podríamos decir de las madres modélicas divorciadas... "Díles que vuestro hijo se viene a vivir contigo"... No, tan sólo haz la sugerencia...  Verás, verás como te va a morder.





miércoles, 29 de agosto de 2012

Personalidad Bretoniana


Ayer una compañera de carrera me preguntaba cómo diagnosticaría a Bretón… ¿Psicopatía? Es evidente su falta de remordimiento y reconocimiento de culpa, así como su indiferencia ante les consecuencias de sus actos. Bretón se siente orgulloso de cómo es, evita todo sentimentalismo y calidez –pues son signos de debilidad-, miente y manipula –para llegar a su objetivo e incluso placer personal-, carece de empatía, es cínico, insensible y menosprecia los sentimientos y derechos de los demás.
Teniendo en cuenta que mi moralidad –y seguramente como la de muchos- me lleva a un estado de rábia al incluir o excluir a este individuo en un tipo de transtorno u otro, no voy a considerar lo que me produce el hecho y me limitaré a valorar las diferentes psicopatologías a las que podría responder según personalidad y criterios diagnósticos. Después ya lanzaré preguntas al aire…
Previamente me refería al transtorno antisocial de la personalidad, también conocido como psicopatía o sociopatía, del cual en Bretón destacan el no arrepentimiento, la indiferencia, la mentira, la frialdad, la violencia... Sin pensar seguramente al tomar la decisión de vengarse de la madre de sus hijos, sí ha sido cauteloso al planear el cómo y de qué manera, hecho que le debería de producir gran satisfacción mientras veía el sufrimiento ajeno y mientras tenía el control sobre todos durante todos estos meses. La dureza, superficialidad, ser poco sincero y la falta de empatía se compartirían en el transtorno narcisista (patrón general de grandiosidad, necesidad de admiración y falta de empatía) , pero no la agresión. Lo mismo pasa con la personalidad histriónica la cuál pertenece a individuos manipuladores, superficiales e impulsivos. La manipulación, vemos que Bretón la usa tanto para conseguir atención (transtorno histriónico/narcisista) –pues ha sido y continúa siendo el centro de miradas de los medios y de las personas que investigan el caso- como para sacar un provecho (transtorno antisocial) –el sufrimiento eterno de la mujer que se ha atrevido a dejarlo-.
Así, el Bretón psicópata diría “Haré lo que quiera cuando quiera”, el narcisista “Mis órdenes son tus deseos” y el histriónico “Hazme el centro de tus atenciones”. Todo ello, a la vez que él mismo se debe ir diciendo “Qué grande eres!” mientras bajo aquel rostro apático e inexpresivo parece encontrarse la sutil sonrisa fruto de haber conseguido su objetivo. No se cree sus mentiras, ni él ni nadie, aunque se recrea en ellas.
Y a partir de todo eso, la cuestión es: ¿Un individuo de estas características debe de sufrir un transtorno psicológico por el hecho de llegar a este extremo? o simplemente, ¿en este mundo existen personas diabólicas? Es decir, ¿canalla malvado o enfermo?
Ahí lo dejo querida compañera. 

domingo, 29 de julio de 2012

TCA: causes i factors de risc

Ens trobem inmersos en una cultura que imposa estereotips i valors en què es premia i prima l’aspecte físic per sobre d’altres valors. Els mitjans de comunicació audiovisuals, la publicitat i la moda, ens recorden continuament la importància de la imatge, mostrant un ideal estètic, sobretot de la dona, antinatural. Amb tot això, es va contruint una identitat social que interioritza aquests inputs -estimuladors de l’aspecte físic com a mitjà per assolir l’èxit social- generant-se una societat en la que la imatge juga un paper preponderant. Una bona imatge s’associa a èxit, un bon cos sembla que et fa sentir millor amb tú mateix i t’obra portes per assolir objectius tant personals com professionals. Tots aquests missatges més o menys directes i subtils,amb els que anem vivint el dia a dia, ens delimiten un significat, un esteriotip cultural de com ha de ser el nostre cos, d’un ideal estètic que rebutja l’obesitat i el sobrepès.
En aquest context d’obssessió pel cos, i juntament amb d’altres factors, sorgeixen un elevat nombre de casos de TCA, essent l’etapa adolescent la més fràgil -sobretot en noies-, per ser un període en què s’adquireix una identitat personal, un autoconcepte,  i en el que hi ha un procés d’adaptació a la nova imatge.
Els TCA són patologies que es caracteritzen per alteracions importants de la conducta en relació amb l’alimentació provocant conseqüències nutricionals, biològiques, psicològiques i socials. Existeixen una sèrie de causes i factors de risc que produeixen vulnerabilitat cap a aquests transtorns, en els que s’inclouen factors constitucionals/genètics, socioculturals/entorn familiar, psicològics/personals i estressors.
En general, una persona vulnerable a patir TCA,i prenent com a base el macro-context social enunciat al principi, desenvoluparà una actitud que la portarà al transtorn o no a través d’aspectes personals (físics i psicològics) i familiars. A nivell personal, destaquem com a trets que poden afavorir a l’AN, una personalitat obsessiva i perfeccionista, essent persones ordenades, rígides, estrictes, cumplidores, formals i normatives. Persones amb trets temperamentals concrets amb poca tendència a la recerca de sensacions, una alta tendència a l’evitació del dolor i dependència de la recompensa. En pacients bulímics, s’ha trobat una baixa tendència a la integració social, una disminució a l’autosuficiència i una alta impulsivitat amb sensació de descontrol. A més a més,com a característiques de la personalitat que marquen vulnerabilitat perpatir TCA destaquem: la introversió, la inseguretat i la baixa autoestima. Per altra banda, estats afectius com l’ansietat i la depressió poden fer augmentar la vulnerabilitat d’algunes persones i desenvolupar un TCA.
Un entorn familiar amb una educació inapropiada, insuficient i poc normativa, especialment en els hàbits d’una alimentació sana i que no potencii les habilitats socials, l’assertivitat o l’autoestima, afavoreix l’aparició de dificultats personals que indueixen a l’aparició dels TCA. Una bona educació ha d’afavorir la capacitatd’anàlisi i crítica de la informació i ha de potenciar el coneixement. La presència de traumes físics, psicològics i abusos sexuals en la infància es relacionen positivament amb el desenvolupament dels TCA. El maltractament psíquic i físic, la negligència emocional i l’abandonament també són factors de vulnerabilitat pel seu desenvolupament. Pares preocupats per la figura, la dieta i el pes es converteixen en transmissors de valors que estimulen la primor i l’aspecte físic com a mitjà per obtenir èxit social i fan partíceps als seus fills de conductes dietètiques atípiques, desequilibrades i perilloses.
En resum, com a factors de risc tindríem l’edat (nenes i adolescents), la pubertat, sexe fememí, la menarquia amb IMC baix, la familia i la cultura. Com a factors predisposants que augmenten el risc, destaquem la predisposició genètica, les actituts i la cultura familiar, la depressió, trets de personalitat, enfermetats o problemes físics i la dieta restrictiva.


lunes, 9 de julio de 2012

Relación/-es

Dicen que de todo se aprende y que cada cosa ocurre por algo. 
No lo sé.  No estoy segura. No lo tengo claro. 
Las relaciones por ejemplo, las diferentes personas que se van cruzando por una vida... la tuya, la del vecino, la mía...
Imaginemos la visión de una persona cualquiera o de nosotros mismos, desde muy a lo alto, desde un ángulo que permita observar la existencia en su conjunto... Desde dónde podamos ver la relación entre las partes del todo, sus posibles causas, sus inevitables consecuencias, en qué momento ocurren y sobretodo para qué ocurren, con qué finalidad.
Está claro que cada experiencia aporta algo, en mayor o menor calidad y cantidad. Está claro también que cada vivencia nos moldea, nos cambia y nos enriquece, más que nada porque nos hace conscientes (al mirarlo) de qué nos llevó a vivirla, a permitirla, a aguantarla, a mantenerla, a romperla, a olvidarla, o a no disfrutarla, valorarla poco o demasiado ... Creo que es importante mirar al pasado desde esta perspectiva un poco elevada de nosotros mismos, como llevando la vista hacia el ayer y volviéndola hacia el ahora, sabiendo qué parte de nosotros corresponde a cada lugar. Igual que creo que es de vital importancia el ver hacia dentro siempre que sea posible, teniendo en cuenta que esta posibilidad depende de nosotros mismos. Pero éste ya es otro tema.

Lo que sí  sé, lo que sí tengo claro y de lo que sí estoy segura es que existen "las relaciones" y "la relación" (para mí en ese orden y para algunos a la inversa -ese también es otro tema-). 

  • Las relaciones: con fecha de caducidad, las que ocurren para llenar vacíos, por cierta comodidad y posiblemente para aprender una lección importante relacionada con alguna carencia personal. Normalmente acontecen en momentos en los que parece mejor tapar que mirar, evadirse que afrontar. Momentos en los que uno se deja llevar por una ilusión, por un ideal, por un deseo…que se confunde con la realidad y que tarde o temprano se desvanece, por suerte…
  • Y la relación: la que no se busca, la que no te empeñas en que funcione, la que te hace sentir cómodo, la que te completa, de la que aprendes sobretodo a querer mejor, a ser mejor persona, en la que miras y afrontas de una manera natural porque eres tú mismo. En ella aceptas al otro,  disfrutas con su autenticidad, no pretendes cambiarlo. Esta aceptación junto con el compartir y el conocerse ayuda a superar las propias limitaciones, en su mayoría hijas del miedo.

Y quizás ahí está la clave: -si aprendemos y si lo que nos ocurre es por algo- en las relaciones ocurre para llegar a conocer su verdadero significado y vivirlas en plenitud. 

viernes, 25 de mayo de 2012

Padres...? MADRES!



Existen padres -y supongo que madres también- a los que no les importa estar lejos de sus hijos, hacen su vida. Algunos por absoluto egoísmo, otros pocos por “engañosas necesidades que se creen”, unos más por comodidad –hecho que demuestra ser muy poco persona- y el resto… Qué importa? En estos casos no me importa en absoluto el único o miles de motivos que puedan tener, porque hay cosas en la vida en las que no hay justificación y esa es una de ellas. Sin embargo, lo que sí me importa es cómo lo viven los hijos, que a pesar de la posible tristeza e incluso de la inicial incomprensión, pronto llegarán a entender que esos seres, que un día decidieron priorizar su vida frente a la de ellos –sus hijos-, dejando evidente ahí quién era “el importante”, en realidad no son tan importantes.
Pero existe otra versión de esta distancia entre padres, madres, hijos e hijas: cuando son los hijos los que no quieren saber nada de alguno de sus progenitores. Y me refiero concretamente a casos en que dicho progenitor, no ha sido egoísta, no ha priorizado su vida frente a la del menor, no ha sido cómodo. Me refiero a casos en los que el hijo dirige su propia rabia y frustración, miedo e inseguridad contra su madre (porque eso sí que en la gran mayoria lo viven las mujeres). De esta manera, el hijo se siente “vencedor” –no sé de qué- y su actitud le permite mitigar y esconder su infelicidad, de la que él es el único responsable.
Y en la mayoría de estos casos, nos volvemos a encontrar con la figura del hombre detrás de ese adolescente: el padre egoísta, el hombre frustrado, el ser insensible que va de tipo duro. El hombre que de hombre no tiene nada. No tiene valores aunque cree que le sobran. No tiene criterio aunque se siente inteligente y poderoso. No tiene dignidad aunque se crea digno. Es un enfermo (no para exculparle), inmaduro, inseguro y mala persona. Porque manipula y utilitza a un ser indefenso, influenciando en sus ideas, sus hechos, sus reacciones… Todo ello para continuar escondiéndose a él mismo sus auténticas carencias.

Y así pasan sus días, parte de sus vidas, el adulto no merece más comentarios y el menor, creyendo que tiene una personalidad de hierro y orgulloso de parecerse a su padre. Los dos retroalimentándose con mentiras, con falsos sentimientos y momentos vacíos.
Y lo peor de todo… Se creen que hacen daño a la mujer. Sí, se lo hacen, pero se olvidan que esa mujer tiene valores, criterio, dignidad… Y aunque ella no se merece ese trato, ellos nunca se han merecido ser partícipes de momentos de esas encantadoras mujeres. Y hablo en plural, digo ellos, porque esos adolescentes, a pesar de la manipulación y de la poca experiencia, tienen consciencia.

Y a pesar de todo eso, de madre sólo hay una. Y las madres sabemos que lo primero es la felicidad de nuestros hijos. El precio…. Supongo que cada uno marca el suyo. Los límites no son universales. Deseo que la impotencia frente a situaciones como éstas, no consiga hacer dudar a esas madres de su valía, de su criterio, de su labor y de la calidad del amor brindada a esos hijos.

Sexe i gènere. Com eduquem?


Mentre el sexe depèn de factors biofisiolòfics innats, el gènere s’aprèn. A la vista de l’evolució de les característiques típicament femenines i típicament masculines, podem dir que s’aprèn a ser un individu masculí o un individu femení dins una societat, una cultura i un temps concrets. Cada societat i cada cultura adjudica un contingut de gènere a tot allò que li es possible d’adjudicar. L’assignació de gèneres, que comença pràcticament al mateix temps que l’assignació del sexe, implica establir diferències entre els individus en funció del seu sexe. Així, mitjançant els estereotips imperants, preparem l’individu que acaba de néixer per a ser identificat amb un dels dos gèneres: vestir-lo de manera diferent, comprar-li joguines diferents, permetre-li actituds diferents... D’aquesta manera, els individus, que han crescut i s’han socialitzat en una cultura concreta, han interioritzat els seus continguts de gènere, han aquirit una identitat de gènere formada per estereotips i rols que els han sigut transmesos a través dels seus agents socialitzadors, i alhora, ells els han mantingut i els han transmès al llarg del temps. Es tracta de la continuïtat de la cultura en sí mateixa, de la construcció del futur de la societat a través de l’ensenyament de les normes no escrites als nou vinguts, i, d’aquesta manera, donar una continuïtat a la nostra manera de viure.
Hi ha diferències estereotípiques determinades i dominades per factors biofisiològics, com és la força física dels individus masculins i la capacitat reproductora dels individus femenins. Al mateix temps, aquests factors determinen uns altres que, encara que en depenen, no estan determinades pel sexe de l’individu. Els estereotips de gènere ens serveixen com a guia per actuar a la societat, ens serveixen per a identificar-nos amb un grup i alhora per a classificar la resta d’individus com a pertanyents a aquest grup o no. Com ja hem dit, els agents socialitzadors ajuden a l’individu a l’adquisició de la seva identitat de gèneres, d’alguna manera, segons la norma, l’imposen una identitat de gènere. Els agents socialitzadors més importants, els pares, seràn els primers que identifiquen el seu fill amb un dels dos gèneres i que li comuniquen els estereotips de gènere a través de les seves accions i decisions: per exemple, el fet de comprar-lis joguines tipificades en funció del seu gènere fa efecte en diferents modalitats d’estereotips... D’entrada els pares compraran nines per les seves filles i cotxes pels seus fills, i no ho faràn al revés; és una manera de comunicar als seus fills quin tipus de gènere tenen i d’entrenar-los per a la vida adulta també dicotomitzada en éssers masculins (que senten atracció pels cotxes i no pels jocs de cafè a través del joc) i éssers femenins ( que aprendran la importancia de com vestir-se i pentinar-se a través de tenir cura de la seva nina).
Els nens aprendran aixi dels estereotips referits a la personalitat: dependència d’altres per ésser curat en el cas de la nena (simbolitzada per la nina de la que cal tenir cura) i independència en el cas del nen (simbolitzada pel cotxe que el pot portar a qualsevol lloc i que ell condueix). Estereotips refereits a les conductes de rol: tenir cura dels altres (tenir cura de la nina), encarregar-se de reparar le eines (el cotxe). Estereotips referits a professions: perruquera, modista, enfermera (que la nena pot aprendre en jugar amb la nina), o mecànica, conductor de rallies, taxista (que es poden despertar en jugar amb el cotxe). Esteriotips referits a l’aparença física: pentinada, maquillada, curosament vestida ella... i aspecte de “mecànic”, d’haver treballat ell...
En créixer, els individus es donaran compte que l’adaptació a aquests estereotips els donarà avantatges a l’hora d’integra-se a la seva societat, a l’hora d’ésser més ben cosiderats i d’aparellar-se. És a dir, els avantatges vindran donats per la correcta interiorització de la masculinitat i la feminitat, això és, comportarse segons dicten els estereotips de masculinitat i/o feminitat independentment ( o acompanyant) al sexe.
En conclusió, cada petit gran detall del nostre entorn des del moment de néixer (des de les activitats que fem, les aficions que tenim, el que ens diuen, el que ens creiem, el que interioritzem...) ens construeix cap a la diferència malgrat els intents fallits i potser innecessaris moltes vegades de voler ser iguals. Potser sigui una batalla perduda, una lluita inútil, doncs el gènere porta elements implícits amb ell que tot i ser-ne els propis individus els responsables, sortir de la norma comporta ser i sentir-se diferent i això no sempre és fàcil i agradable. Perque si reflexionem, la majoria de pares i mares, diem que no eduquem a nens o a nenes, sinó que eduquem a persones. Segur? Segons com ho mirem,  aquesta diferenciació conscient a vegades i inconscient d'altres, és una protecció cap el món real, aquest món de normes, i també una continuitat del que ja està establert. I no només en les joguines, l’entorn, el món, la societat, els individus, sinó segurament en la pròpia ment està establerta i “dissenyada” d’aquesta manera: a evidenciar la diferència entre el rol masculí i el rol femení. I potser no és negatiu, almenys si això no priva de desenvolupar-se a cadascú i a viure lliurement com a persona única i individual.